La última Cena Hora Europea, celebrada el pasado jueves 16 de octubre y organizada por el Ámbito María Corral, trató el tema “Ciudades y paz”. Fue moderado por Ivan Pera, director de la Fundación Carta de la Paz, quien planteó a los ponentes la pregunta: “¿Cómo construir ciudades pacíficas?”. Y resaltó la importancia del compromiso de las ciudades con la paz y la convivencia.
Josep Antoni Baron, maestro y ex alcalde de Mataró, abrió las ponencias hablando de cómo con la actual comunicación fácil, rápida, inminente y efímera, hay que plantearse el mundo de una manera diferente: “La ciudad es más que un ayuntamiento y hay que ir más allá del ámbito estrictamente urbano”. Remarcó la importancia de construir un espacio común donde todos tengan su protagonismo y se sienta miembro de la ciudad.
También destacó algunos puntos de construcción de paz: urbanismo como herramienta para hacer las ciudades más habitables y más calidad que permita la mezcla de la gente. Una escuela inclusiva y diversa, sin segregación donde todos tengan un proyecto común a pesar de las diferencias, y donde se fomenten el respeto y la paz. Y una red de ciudadanos, es decir, ciudad como una red de diferentes ámbitos donde las personas formen parte de diferentes redes que se entrelazan entre ellas. Además, hay que entender la diversidad y la complejidad para una cohesión social.
Jordi Cussó, presidente de la Fundación Carta de la Paz, comentó que la combinación ciudad y paz irá aumentando porque dos tercios de la población vive en ciudades. “La ciudad debe ser escenario donde la humanidad se encuentra. Contenedores donde tendremos que dar respuestas a los problemas”. Además, cree que los seres humanos necesitamos de los demás y que no podemos sobrevivir solos. Finalmente, el también director de la Universitas Albertiana remarcó que la ciudad es un espacio donde se construye civismo y civilidad pero también violencia. “¿Cómo podemos solucionar los conflictos? Según como vemos estas ciudades y cómo nos relacionamos tendremos ciudades, hostiles, altruistas… Y cosas que sirven para una ciudad no sirven para otra, nada es igual para todos. El futuro de las ciudades es una perspectiva de un proyecto común, pero muchas ciudades no la han tenido”, argumentó.
A nivel económico, Cussó también destacó que el mercado es un factor muy importante y no siempre es constructor de paz. Necesitamos políticas de convivencia, ciudades que no se olviden de una gran parte de la población, ya que sin equidad no hay paz. Los ciudadanos deben ser actores no espectadores. Y acabó planteando una nueva pregunta:¿la ciudad la hacemos o nos la hacen?
Ciudades cada vez más grandes
Tica Font, directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz, habló de tendencias urbanizadoras y efectos y consecuencias de estas. Desde el año 2008 más del 50 por ciento de la población vive en ciudad, por lo tanto, dejamos de ser un mundo rural. Y esto pide nuevos retos y se han de generar cambios. Además, la población urbana se ha multiplicado, ya que la gente del campo venden en las ciudades. Ha habido aparición de zonas urbanas hiperdegradades. Construimos un continuo urbano. Y esto crea espacios de concentración de miseria que forman parte de la ciudad. Hay desigualdad socioespacial, ya que se hace una distribución espacial según el poder económico de las personas. Esto hace que las personas que viven en espacios degradables no salen ni del lugar ni del problema. Si se expulsa la gente rural hacia las ciudades y éstas no generan espacios de trabajo, terminan en zonas degradadas donde intentan sobrevivir.
Cerró las ponencias Josep M. Pascual, director de Estrategias de Calidad Urbana, quién resaltó “el conflicto y las contradicciones como elementos necesarios para el proceso social”. “Un conflicto que nos lleva a la cohesión social y que nos hace avanzar hacia la Paz. Además, las políticas de austeridad generan gran conflictividad social. Diferenciar entre recesión económica y crisis social ha llevado a la desigualdad. Para resolverlo desde las ciudades se deben hacer políticas sobre las desigualdades sociales: de renta, de pobreza laboral, capacidad de acceder al tejido social, segregación y exclusión … “, argumentó.
Y aclaró que debemos entender que el otro no es un adversario, que debemos transmitir conocimiento y romper el aislamiento de los barrios cerrados en sí mismos. “Una ciudad debe hacer gobernanza de redes. Hacer proyectos comunes, es decir, construcción col·lectiva. Hacer una política que busca el acuerdo. Hay dos claves: el proceso y las políticas macronacionals”. Y finalizó defendiendo la importancia de cambiar el concepto de ciudad, que tiene que hacer de enlace comunicador de los pueblos con el mundo.
La Cena concluyó con un coloquio con muchas aportaciones que hicieron el acto más enriquecedor, gracias a la participación por parte de los asistentes y las respuestas comprensibles por parte de los ponentes.